Las modas en el mascotismo de exóticos son una realidad que se confirma con la cantidad de videos de animales que se encuentran cada día en redes sociales. Desgraciadamente, cuando un animal exótico comienza a hacerse viral, poco después lo será en nuestra lista de solicitudes de rescate.
Así como hace un tiempo eran los titíes y macacos de Berbería los animales para los que nos llegaban más solicitudes de rescate (y aún hoy, siguen siendo tristemente frecuentes), el animal que indudablemente ha entrado en nuestros registros en los últimos años, es el petauro del azúcar.
Distorsión de la realidad
Las publicaciones en redes sociales de animales exóticos mantenidos en casas, así como la posibilidad de encontrarlos en ferias y otros portales de venta de animales, ofrecen una imagen distorsionada y errónea de que los animales salvajes (por pequeño que sea su tamaño e independientemente de haber nacido en cautividad), quieren ser acariciados y abrazados por las personas.
Estas llevan al público poco informado al deseo de adquirir un ejemplar de esa especie o similar para tenerlo de mascota en casa, con todo el sufrimiento que ello va a suponer al animal de por vida, además de los problemas que esta decisión va a traer en múltiples ámbitos.
Hay cada vez más estudios que afirman que hay una responsabilidad directa entre la percepción de los riesgos que enfrentan los animales exóticos en su conservación, y su presencia en redes sociales. Desde aquellos que confirman que las imágenes compartidas en películas, anuncios y redes sociales desvirtúan la percepción del peligro de conservación al que se encuentra la especie, como los que los hace aparecer como mascotas adecuadas.
Petaruos del azucar
Los petauros del azúcar son animales nocturnos que viven en grupos, desplazándose entre los árboles planeando entre ellos. Pero las redes nos los presentan como adorables mascotas, en entornos totalmente inadecuados e interactuando con personas. Se genera así una falsa expectativa sobre la tenencia de estos animales, que en ningún caso se va a poder cumplir en la vida real, pues se trata de una especie no domesticada. También les sucede a los individuos nacidos en cautividad, cuyas necesidades fisiológicas, sociales y de comportamiento son iguales a las que tienen sus homólogos salvajes. Estas van a ser imposibles de satisfacer en un entorno doméstico, produciendo un enorme sufrimiento al animal y situaciones difíciles de gestionar para los propietarios. Por ello, es fundamental ir a la raíz del problema y lograr regulaciones que pongan fin a estas situaciones. Pero, sobre todo, lograr una mayor información y concienciación social acerca de qué animales son adecuados como animales de compañía y cuáles no.STOP AMOR TÓXICO
Hay animales, pequeños o grandes, que no están hechos para vivir en una casa
Si amas a los animales quiéreles libres.
Save Exotics – Stop Amor Tóxico cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU.