Tristes noticias sobre el viejo chimpancé Mojo. Recientemente hemos tomado la difícil decisión de decir adiós a este chimpancé tan especial. Tenía más de 51 años, y durante los más de 13 años que pasó en AAP, arrastró las consecuencias de un terrible pasado.
Sobrepeso
Mojo era uno de los animales más conocidos de AAP. Pudimos rescatarlo en 2011 de un garaje donde vivía en condiciones lamentables. Mojo nació en 1974 en un laboratorio de animales, y acabó en manos de una mujer belga, a una edad temprana. Cuando alcanzó la madurez, estuvo encerrado en su sucio y oscuro garaje durante 20 años. Sin distracciones ni compañeros. Le servían comida y bebida nada saludable ni adaptada a su especie, como espaguetis, pudding, pasteles, cerveza y café con leche y azúcar. Debido a esta malnutrición, Mojo tenía sobrepeso y sus dientes estaban en muy mal estado.


Lenta recuperación
Durante la primera etapa que pasó en AAP, Mojo se negó a comer. Nunca antes había probado una alimentación sana, y rechazaba la comida saludable que le dábamos. Por lo tanto, supuso mucho tiempo y esfuerzo ayudar a Mojo, muy afectado por su pasado, a recuperarse y a mejorar su dieta.
Grandes compañeros
Mojo vivió en nuestro centro de rescate de Almere durante casi 14 años. Tenía un carácter muy afable, se llevaba bien con sus cuidadores e incluso podía ser muy travieso.
Como había pasado los primeros 37 años de su vida sin la compañía de un miembro de su especie, al principio no quería saber nada de otros chimpancés. Los intentos por socializarle fracasaban uno tras otro. Hasta que llegó el momento en que conoció a Freddy. Con él todo salió muy bien y los dos compartieron vida durante varios años. De Freddy, Mojo aprendió habilidades sociales y a convivir con otro chimpancé.


A España
Tras el triste fallecimiento de Freddy en 2022, intentamos socializar a Mojo con otros chimpancés en nuestro centro de rescate de Almere. Todos los intentos fracasaban y deseábamos que pudiera volver a estar acompañado. Por lo tanto, nuestros especialistas, tras también consultar con sus cuidadores, finalmente decidieron darle una oportunidad trayéndolo a nuestro centro de rescate en España. Además, a Mojo le encantaba el sol, por lo que España se planteaba como una opción adecuada para él.
El 6 de noviembre de 2024, Mojo se trasladó a AAP España, donde hay más chimpancés de su edad. Allí esperábamos presentarle a Achille, un chimpancé más mayor y tranquilo.


Buen comienzo
Durante los 2 primeros meses tras su llegada a España, Mojo superó totalmente las expectativas. Le encantaba sentarse al sol en el túnel que conectaba su recinto interior con el exterior. Los cuidadores, además, le habían construido un camino con maderas desde el túnel hasta las plataformas de su recinto exterior, porque Mojo no quería tocar el suelo. Sin embargo, para nuestra sorpresa, aquí en España, hasta se atrevió a caminar por el suelo sin utilizar estos caminos.
También comenzó a beber agua potable, mientras que antes siempre quería zumo o agua diluida con zumo, porque nunca conseguimos que perdiera la costumbre de su pasado, en el que bebía todo tipo de refrescos, o incluso cerveza. Mostraba una actitud muy positiva y curiosa hacia sus nuevos vecinos Achille, Tino, Sony y Prudence a los que podía ver desde sus dependencias interiores y exteriores.


Vulnerable y apático
Mojo siempre fue un chimpancé muy especial debido a su largo y trágico pasado como mascota. Arrastraba un comportamiento muy complicado, y era muy vulnerable. En invierno, era común que se volviera totalmente apático. Durante esos periodos, apenas se movía y a penas comía. Sus cuidadores siempre hacían todo lo posible por activarle.
Por desgracia, después de un comienzo positivo en España, a principios de enero las cosas volvieron a torcerse, y Mojo se volvió a apagar. Posiblemente debido al frío que también llegó a España, Mojo dejó de comer y se sentó en un rincón de su instalación, sin apenas responder a ningún estímulo. A pesar de que nuestros cuidadores intentaron por todos los medios que volviera a comer, poniendo el máximo esfuerzo en su recuperación, Mojo no colaboró.
Después de que Mojo pasara 10 días sin comer, decidimos sedar al viejo chimpancé para que nuestro veterinario pudiera examinar su estado de salud. No se encontró ninguna razón veterinaria por la que Mojo no estuviera comiendo. Simplemente parecía que no quería comer. Tras la revisión veterinaria, Mojo aún estuvo más ausente y seguía muy débil. Finalmente, nuestros especialistas tuvieron que tomar la difícil decisión de dejarle descansar en paz.
Video: la vida del chimpancé Mojo


Querido Mojo, descansa en paz.