Lo que Tiger King nos enseña

Tiger King ha resultado ser una serie muy exitosa con millones de visualizaciones en todo el mundo. De tal modo que desde la cadena se están planteando una segunda temporada, centrada en la vida de dos famosos magos norteamericanos que también usaron grandes felinos en sus espectáculos y, ¡atención spoiler!, un gran ataque que casi le cuesta al vida a uno de ellos. Los ingredientes para el nuevo éxito están servidos. 

Fotograma de la serie donde Joe Exotic posa con algunos cachorros de apenas un mes de vida.

Todo apunta a que se continuará mostrando, sin ningún tipo de crítica o valoración de lo que se enseña, animales maltratados, abusados y sufriendo, mientras se retrata, como se hizo en Tiger King Temporada 1, una comunidad excéntrica ligada al mundo de los zoos privados y espectáculos de grandes felinos en EEUU. Pero este planteamiento tiene varias consecuencias, especialmente importantes cuando hablamos de animales en peligro de extinción y sensibilización.

Valida un modelo de relación con los animales salvajes incorrecto

En la serie vemos como cachorros de tigre, león e híbridos son separados de sus madres. Dejados al abasto de particulares que pagan para jugar, tocar y hacerse fotos con ellos. En algún momento, incluso, se afirma que este tipo de contacto es una forma muy efectiva de crear un vínculo con la especie, de forma que los usuarios querrán protegerlos en su medio.

La consecuencia de mostrar este tipo de prácticas, normalizándolas, es que se valida un modelo donde se puede tocar y hacer fotos con cachorros de animales salvajes. Da una imagen incorrecta de la relación que se debe tener con animales exóticos en peligro de extinción. Si además el/la que realiza estas prácticas es un famoso/a, esta persona estará sirviendo de modelo para las nuevas generaciones, aprobando sus deseos y sueños.

En la serie, la realidad que se presenta es un mundo donde se pueden tener animales salvajes, tocar, acariciar, tener un cachorro y después encerrarlo en una jaula. Por muy esperpéntica que esta sea, este mensaje es el que se va a interiorizar: que se pueden tocar y achuchar esos cachorros. Desgraciadamente está científicamente comprobado que tras visualizar videos virales de animales exóticos en redes sociales donde hay contacto con los animales, aumenta la demanda de la especie que aparece y puede avivar el comercio ilegal de especies. Así que no son imágenes inocuas.

Crea necesidades inicialmente no deseadas
El futbolista Memphys Depay y la modelo Cara Delavinge posan con cachorros de felinos exóticos.

La segunda consecuencia es que es una forma de crear necesidades, que no estaban ahí. Si vemos que hay personas que tienen estos animales y además son famosas, quizá nos planteemos por primera vez que queremos también tener uno, ¡Oye! ¡Si los ricos y famosos lo tienen!… aunque esto nunca haya formado parte de nuestro universo de deseos y necesidades. ¿Por qué si no puede querer tener una pareja en España un tigre blanco en su jardín?

Es importante plantearnos el impacto de nuestro consumo audiovisual pues va a generar un poso que penetrará nuestra mente y conquistará nuestros deseos. Los primates y muchas otras especies animales no solo aprendemos experimentando en las primeras etapas de la vida…también imitando y viendo lo que hacen otros. 

Los estereotipos se instalan en nuestra mente por repetición y si se repite lo suficiente pasamos a creérnoslo, sin cuestionarlo. Y a través de ellos se pueden normalizar aspectos que no necesariamente son positivos. Por eso es importante desarrollar nuestra capacidad crítica.

¿Qué modelo de éxito queremos?

La serie utiliza lo esperpéntico como recuso para llamar la atención sin cuestionar o valorar las imágenes que muestra. Con la excusa de hacer una docuserie con imágenes impactantes, lo que consigue es normalizar la violencia y el maltrato hacia los animales que ahí aparecen a través de las escenas supuestamente glamurosas que nos muestran y que además cuentan cosas espeluznantes.

La violencia y el maltrato hacia los animales no está normalizada desde que nacemos, pues los niños y niñas la rechazan con total claridad. Por eso es importante que seamos críticos con las series que consumimos pues tenemos una responsabilidad a la hora de crear modelos de éxito y estos no pueden estar basados en el maltrato a los animales.

 

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