Por desgracia, tenemos tristes noticias sobre Torzan. Hace poco tuvimos que despedirnos de este macaco de Berbería tan especial.
Torzan vivió más de 20 años solo, sin la compañía de otros miembros de su especie, en una habitación de Bélgica. Durante todo este tiempo, su dueña lo trataba como a un «niño humano». Pero su alimentación no era la adecuada, no tenía acceso al exterior ni a la luz solar, ni podía hacer ningún tipo de ejercicio. A causa de esto, Torzan desarrolló numerosas deformidades en su cuerpo.
Su llegada a AAP
Torzan llegó a AAP en 2020 tras ser rescatado, donde hicimos todo lo posible para ayudarle a recuperar su fuerza.
Torzan tenía la columna totalmente torcida, y la cadera plana.
También conoció a otro macaco de Berbería por primera vez. Juntarlo con la hembra Chafi, fue una gran decisión: en seguida conectaron, los dos tenían un estrecho vínculo, y eran conocidos por sus muchos y cariñosos abrazos y las muchas horas que pasaban acicalándose el uno al otro.
Chafi a la izquierda y Torzan a la derecha en uno de sus muchos momentos de acicalamiento.
Sin embargo, la salud de Torzan debido a su pasado, no hizo más que empeorar. Cada vez necesitaba más analgésicos para moverse en su recinto, que estaba especialmente adaptado para él. A pesar de todos los cuidados, la última revisión médica reveló que las deformidades de sus piernas y columna vertebral habían aumentado. A Torzan le esperaba un intenso dolor…
Para evitarle más sufrimiento, por desgracia, tuvimos que decidir que lo mejor para Torzan era dejarle dormir en paz.
Torzan vivió 23 años. A pesar sus problemas de salud, estamos felices y orgullosos de que, al menos durante sus últimos años de vida en AAP, Torzan pudiera conocer y disfrutar de la maravillosa compañía de su congénere Chafi.
Una despedida
En este vídeo, te contamos más sobre la vida de Torzan, y la veterinaria Hester nos explica la difícil decisión por la que tuvieron que pasar para que Torzan descansara en paz.