Una familia de Castellón ha tenido una cría de macaco en su casa como si fuera un hijo. Cuando el SEPRONA acude a la vivienda para incautar al mono, el dueño hace como que se lo han robado para no entregárselo.
La pequeña Lita es un macaco de Berbería (Macaca sylvanus). Tiene tan solo 1 año de vida y acaba de ser rescatada por AAP Primadomus en colaboración con la Guardia Civil. En estos momentos se encuentra en el área de primera asistencia, en proceso de observación. El pronóstico veterinario es favorable pese a su delgadez. Sus cuidadores han detectado que está muy acostumbrada a interaccionar con humanos, obstáculo habitual al que nos enfrentamos al intentar resocializar a los primates con otros individuos de su especie.


La macaca vivía en un domicilio particular como si fuera un bebé humano y dormía en la cama con sus dueños. Lo triste y temerario del caso es que sus propietarios pensaban que no le estaban haciendo ningún mal al animal. ¿Por impudencia, irresponsabilidad, falta de empatía?. Está claro que el desconocimiento de una norma no exime a los ciudadanos de su cumplimiento, así que en estos momentos se enfrentan a una multa. En España tanto la compra-venta como la tenencia de primates está prohibida. En el caso de esta familia, hay que sumarle además, el agravante de simular un robo para no entregarla al SEPRONA cuando se la intentan confiscar.
Quizá la familia que lo adquirió no sabía que los macacos de Berbería son una especie protegida y que la única manera de hacerse con una cría es a través del tráfico ilegal. Hace un mes, las autoridades pillaban in fraganti a un hombre de nacionalidad francesa intentando pasar a otra cría de macaco por el puerto de Almería. Desde AAP Primadomus se trabaja junto a las autoridades (Aduanas, SEPRONA, CITES) para rescatar y rehabilitar animales procedentes de decomisos. También apoyamos al ministerio de transición ecológica con el plan TIFIES (Plan de acción español contra el tráfico ilegal y el furtivismo internacional de especies silvestres) y hemos creado proyectos para proteger a los macacos de Berbería en su hábitat (Born to be Wild). Pero los esfuerzos de AAP se centran sobre todo en crear un cambio social y legislativo para que estos casos no vuelvan a suceder.
Esta familia, quizá, no intuía que los animales salvajes, que han sido arrebatados de los brazos de sus madres, no pueden volver a la naturaleza porque no han aprendido las claves de supervivencia de su especie. El problema al amaestrar un animal salvaje es que este no se convierte de la noche a la mañana en doméstico. Se necesitan muchas generaciones hasta que los descendientes dejan de ser salvajes. Lo terrible es que se les priva para siempre de la oportunidad de volver a su hábitat.


Quizá no se percataron de que los primates, como nosotros, son animales sociales y necesitan vivir con congéneres para desarrollar las habilidades cognitivas propias de su especie. No se habían informado de que estos adorables monitos, al llegar a la edad adulta, se vuelven agresivos y son un peligro, tanto para las familias como para los vecinos. No supieron ni quisieron ver que los animales exóticos necesitan alimentación y cuidados especiales, que trasmiten zoonosis (enfermedades contagiosas), que pueden crear problemas medioambientales y que tener uno en casa es ilegal.
Por eso, en AAP luchamos para cambiar normativas y mentalidades Quizá, algún día, estas rocambolescas historias dejen de suceder. Quizá algún día interioricemos que el bienestar animal es tan solo una cuestión de respeto y sentido común. Mientras tanto, seguiremos trabajando por la sensibilización y educación de las personas.