La magia del circo sin animales salvajes

Los tiempos cambian, la sociedad demanda espectáculos diferentes y los empresarios circenses empiezan a reorientar sus negocios. La preocupación por el bienestar animal es, cada vez más, una inquietud global.

Vigo y Kumba, los leones procedentes del primer circo español que ha donado sus animales a un Centro de Rescate, acaban de terminar el periodo de cuarentena. Durante 4 semanas el equipo veterinario ha examinado en profundidad su estado físico y mental comprobando que no reviste gravedad.

Hoy han salido por primera vez a las instalaciones exteriores. Pese a que tienen un amplio entorno naturalizado para ellos solos se han asustado al ver tanto árbol, matorral y espacio ahí fuera. Al haber pasado la mayor parte de su vida en carromatos pequeños y en continua itinerancia, toda esa extensión les ha descolocado un poco y durante su primera exploración se han mantenido cerca de la seguridad que les ofrecía la entrada a las instalaciones interiores.

A partir de ahora se favorecerá su estimulación física, social y sensorial a través del enriquecimiento ambiental. Para ello se utilizarán objetos y plataformas que recrean las conductas y comportamientos que tendrían en libertad.  Se acabó lo de actuar como autómatas. Para conseguir la carne van a tener que rastrear, olfatear y saltar. Así, además de alimentarlos, se favorece su instinto y se mejora su musculatura.

Podrán jugar, agazaparse entre los arbustos o retozar a la sombra. Tendrán la posibilidad de correr,  beber agua o refrescarse junto a las pozas. Si quieren dormir podrán hacerlo bajo un árbol, si desean tomar el sol podrán subir a las lomas y además disfrutarán de múltiples rastros naturales que seguir.

Que un animal haya nacido en cautividad, sus dueños lo quieran o tenga los papeles en regla no justifica que sea sometido a la doma, viva enjaulado en espacios muy pequeños y esté en continua itinerancia. Aunque nos entristezca, los animales de circo no pueden volver a la naturaleza porque morirían. Al haber sido  separados de sus madres en su más tierna infancia no han aprendido las normas de conducta de su especie y no sabrían como comportarse. AAP Primadomus no es su hábitat natural, pero al menos aquí tienen espacio y estímulos. Aunque no es la libertad total, se le parece.

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