Los leones Govani, Silas y el tigre Keni fueron “artistas de circo”, pero cuando dejaron de hacer espectáculos sus dueños los encerraron un pequeño carromato sucio y oxidado. Cuando llegamos a rescatarlos estaban tan débiles que no se podían ni mover y cuando lo hacían, se caían una y otra vez. A las supuestas fieras del circo les habían arrancado las uñas, de modo que se resbalaban continuamente en el suelo cubierto de heces.
Les habían extraído los colmillos y los que les quedaban estaban partidos. Por si fuera poco llevaban meses sin salir del carromato, tenían hambre, frío, y se les notaban los huesos a causa de la desnutrición. Aunque quizá, lo más desasosegante de todo era observar a uno de los leones que se había mordido la cola debido al estrés.
Los biólogos y veterinarios de AAP Primadomus constataron rápidamente que los animales realizaban conductas estereotipadas, repitiendo los mismos movimientos insistentemente. Contaban con numerosas heridas, llagas y falta de pelaje. David Van Gennep, director general de la Fundación AAP ha declarado que “ la escena era desgarradora y el olor nauseabundo, apenas pude mantener los ojos abiertos al subir al carromato”.
Afortunadamente los tres grandes felinos están ya en Primadomus rehabilitándose. Va a ser un proceso de recuperación largo y complicado, pero nuestro equipo está acostumbrado a los retos, así que vamos a lograrlo. Daremos a estos animales una nueva vida.